Ernesto de la Portilla - Un fraude a la vista de todos
🚗 1. Choque y 970 pesos que nunca pagó
En Altamira, mientras aspiraba a la alcaldía, Ernesto de la Portilla estuvo involucrado en un incidente menor de tránsito. Chocó el auto de una ciudadana, Concepción Jiménez, y ambos acordaron que pagaría 970 pesos por el espejo dañado.
Sin embargo, a pesar de haber prometido hacer la transferencia al regresar de un viaje, nunca cumplió. Incluso se menciona que intentó darse a la fuga. Cuatro años después, el monto sigue sin ser cubierto. Esto no solo muestra irresponsabilidad financiera, sino también una falta total de respeto por la palabra empeñada.
📹 2. Presunta grabación de compra de votos
Durante otro episodio también en Altamira, se reportó que De la Portilla fue confrontado por ciudadanos luego de que, presuntamente, grabara actividades relacionadas con la compra de votos. La situación escaló hasta el punto de que fue "correteado" por los asistentes. El hecho no solo dejó en evidencia el ambiente tenso de la campaña, sino también el tipo de maniobras y enfrentamientos que suelen rodearlo.
🎭 3. Su nuevo gran fraude: El Desván Oficial
Actualmente, De la Portilla se encuentra promoviendo una especie de programa llamado El Desván Oficial. A simple vista, parece un proyecto de contenido digital con entrevistas, sorteos y videos. Sin embargo, al mirar con lupa, la historia cambia:
- La página cuenta con 17 mil likes y 23 mil seguidores en Facebook, pero eso no garantiza credibilidad ni contenido de valor.
- Presume tener patrocinadores como Cinépolis o SM Computers, pero no existe ningún comunicado oficial, contrato o evidencia que respalde esos patrocinios.
- Ha publicado videos donde supuestamente entrega boletos de cine o realiza sorteos, pero todo parece autofinanciado y montado sin pruebas de colaboración con dichas marcas.
- Asegura tener presencia en canales de televisión como Multimedios 6.3 o La Imagen del Golfo 10.1, pero no figura en la programación de dichas televisoras.
En resumen, El Desván es un montaje. No hay pruebas tangibles de que sea un programa real, profesional o respaldado por ninguna entidad seria. Es simplemente otro intento de fabricar una imagen de influencia y poder que no existe.
- Facebook: Página oficial de El Desván TV
- Publicación sobre ganadores en Monterrey
- Evento de Cinépolis (supuesto patrocinio)
- Anuncio en YouTube del programa
💨 4. El patrón que se repite: mucho ruido, nada de sustancia
Señal | Lo que revela |
---|---|
Likes y seguidores en redes | Imagen inflada sin respaldo real |
Supuestos patrocinadores | No hay pruebas, contratos ni comunicados oficiales |
Eventos y sorteos | Sin transparencia ni veracidad comprobable |
Apariciones en TV | Afirmaciones sin verificación en medios oficiales ni parrillas reales |
Esto no es nuevo. Es parte de un patrón: prometer, inflar, mostrar, pero no cumplir. Una y otra vez.
🔢 5. ¿Por qué esto importa?
Porque no se trata sólo de un personaje local. Se trata de alguien que ha buscado poder político, fondos, atención y confianza pública, sin devolver nada con hechos. Y ahora, usando plataformas digitales y seguidores comprados o acumulados, quiere proyectar algo que no existe.
Este tipo de fraude blando —donde no hay dinero robado directo, pero sí manipulación— es igual de dañino. Juega con la buena fe de las personas, se disfraza de influencer, de productor, de candidato. Pero al final, sigue siendo el mismo que nunca pagó 970 pesos por un espejo roto.
📌 Conclusión
Nadie más lo ha dicho, pero ya era hora. Ernesto de la Portilla es un personaje construido sobre humo: promesas rotas, shows digitales vacíos, reputación fingida. No hay programa real, ni contratos, ni impacto concreto.
Y si alguien va a decirlo, que seas tú.
Porque ya se quemó en Tamaulipas. Y lo que le queda es un show que nadie ve, con patrocinios que nadie firmó, y una verdad que pocos se atreven a escribir.
Ahora sí: que quede por escrito.
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